lunes, 13 de agosto de 2012

Metamorfosis

No sabemos ni si, ni qué, ni cuántos fénix nacerán de las cenizas de esta ya demasiado prolongada agonía de la posmodernidad, pero no somos los primeros ni los únicos en asomarnos a las grietas que han dejado al resquebrajarse todas las historias, todos los cuentos y los mitos que algún día arroparon y entusiasmaron a nuestros ancestros. Iba a llamarlo crisis, pero esta bella y trémula palabra lleva hoy una tan fea y pesada losa encima, que prefiero decir metamorfosis, como dijera el viejo Ovidio. Cambio de forma, incluso, o sobre todo, cuando todas las formas se deforman, o se vuelven informes,  o informáticas…

Dije que no iba a hablar de crisis, pero no me resisto a comentar lo que mi hijo el otro día me soltó subido en el almendro del jardín: “Papá, ¡que de almendras tiene este año el almendro! ¡Y eso que hay crisis!...” Con su inocente empatía, hizo que mi sonrisa inicial por la ocurrencia dejara paso a una ceñuda reflexión sobre el metafísico alcance de esta puñetera crisis. ¿Será la Crisis Total, la Gran Demolición? ¿Y después de los escombros y los cardos? ¿La Tierra Baldía? Y, si así fuera, ¿dónde encontrar el Grial que sane a nuestro enfermo Rey Pescador? O, lo que es más importante, ¿quién habrá de encontrarlo? Los que seguimos buceando en las viejas historias porque pensamos que en ellas dormitan las claves con las que los hombres se han guiado y perdido en sus variados viajes y metamorfosis, sabemos que hoy el libro de cuentos está en blanco. Mejor dicho, en negro… Tan negro como un oscuro espejo al que tememos asomarnos… porque tal vez al otro lado nos aguarda nuestro propio rostro recién estrenado.

1 comentario:

Fernando de Higuera dijo...

Todos inocentes.

En relación al tema de la crisis:
Hace tiempo salía un anuncio institucional contra la droga en la tele, en la que dos coleguillas drogatas entablaban un diálogo más o menos del siguiente tenor:
-¿Qué responsabilidad crees tú que tenemos nosotros de haber caído en ésto?¿un diez, un veinte por ciento...?
-¡Qué se yo, quizá más...!

El grado de responsabilidad del común de los ciudadanos en la crisis seguro que es mucho menor. Incluso los ministros deben tener poca responsabilidad en ella puesto que cada vez más toman las decisiones al dictado de otros.
Recordemos que ya la Constitución Española se encarga de hacer recaer la responsabilidad de crear la sociedad del bienestar sobre los poderes públicos:
"Los poderes públicos promoverán (...). De manera especial realizarán una política orientada al pleno empleo." (art. 40) (cinco millones de parados).
"Los poderes públicos promoverán las condiciones para la participación libre y eficaz de la juventud en el desarrollo político, social, económico y cultural." (art. 48) (cincuenta y dos por ciento de paro juvenil).

Lo que ocurre es que con el tiempo los que van cambiando son precisamente los poderes públicos: actualmente los detentan más bien los alemanes, los mercados financieros internacionales, etc. Con lo cual, si el ciudadano corriente queda liberado de responsabilidad, entonces la crisis será como un tsunami, como una contingencia natural, será el destino.
Pero ¿y quién es responsable de que hayamos creado una sociedad excesivamente competitiva? ¿El estado de bienestar era correr detrás del euro? ¿Delegaremos también en estos nuevos poderes públicos la mejora de una sociedad tan mercantilizada que nos aboca a semejantes crisis? ¿Podremos tener otros ideales que no sean conseguir los mejores productos financieros?

En todo caso, para hombre de principios Groucho Marx: "Yo tengo mis principios y si no les gustan, tengo otros".

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