domingo, 1 de diciembre de 2013

Farias para Sheldon

Para mi amigo Luis, que en su retiro de El Paular, sé que a escondidas fumando espera... a aquello que Dios quiera.
Primero tuvimos que digerir el desengaño de que el hombre del Marlboro en relidad no nos invitaba a ser hombres, sino adictos al cóctel politóxico que mezclan con el tabaco. (Algo parecido al trauma que le supuso a nuestras madres enterarse de que su amado Rock Hudson era gay). Luego asumimos el sacrificio impagable de ponernos cívicos con el tabaco y no obligarle a fumar al prójimo. Y ahora resulta que llegan los vaqueros mafiosos de Las Vegas a montarnos una megaludoteca para adultos en el puto corazón del país, y estamos dispuestos a cagarnos en nuestras leyes -y de paso en nuestros sufridos excombatientes del tabaco, entre los cuales me cuento, con 30 años de servicio fielmente cotizados-, y estamos preocupados de que les falten los ceniceros...

Primero fue el fumando espero al hombre que yo quiero, y ahora nos hemos quedao con el mono y el parche de nicotina, mientras que llega el hombre que nadie espera para fumarse nuestras leyes y seguir añadiéndole dígitos a su "pequeña" fortuna personal de 25.000 millones de dólares.

Conste que nunca he compartido esa perversa inversión del sentimiento que supone pasar del tabaquismo a la liga antitabaco. Por el contrario, como excombatiente que soy, me compadezco sinceramente de las penurias a las que hoy tiene que hacer frente el fumador convicto. Pero que venga un yanqui sionista a fumarte en la cara, y de paso llenar de indeseables el patio de tu casa, a cambio de una mísera propina por sujetarle el cenicero, mientras la pasta gansa se va como el humo a paraísos fiscales, es como para enviarle al susodicho una caja de Farias con nuestros mejores deseos de que los disfrute... como supositorios.

1 comentario:

Al garabía dijo...

¿Quién teme a Sheldon Adelson?
El tabaco es una droga bien conocida por los españoles, que ya cuando llegó Colón a América les faltó tiempo a algunos marineros para engancharse a fumar. Y precisamente por la "proeza" de haber traído a España y al resto de Europa el hábito de fumar es recordado un tal Rodrigo de Jerez con una placa en Ayamonte. Sólo falta promoverle a hijo predilecto y benefactor de la Humanidad.
¿Y qué decir de nuestros más encumbrados dirigentes? ¿No es conocida su afición a todo tipo de corruptelas para favorecer económicamente a sus amigos y a los amigos de sus amigos, incluso modificando las leyes si es preciso? ¿Y no van a ayudar a un colega que dice que va a dar el pelotazo en Alcorcón y que algo les quedará?¿Y si después de preparar la cama ni siquiera viene?

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