martes, 28 de diciembre de 2010

¿Creadores o acreedores?

Si tuviese que contestar a la siguiente pregunta: «¿Qué es la esclavitud?», y respondiera  en pocas palabras: «Es el asesinato», mi pensamiento se aceptaría, desde luego. No necesitaría de grandes razonamientos para demostrar que el derecho de quitar al hombre el pensamiento, la voluntad, la personalidad, es un derecho de vida y muerte, y que hacer esclavo a un hombre es asesinarlo.
¿Por qué razón, pues, no puedo contestar a la pregunta: «¿Qué es la propiedad?», diciendo concretamente: «La propiedad es un robo», sin tener certeza de no ser comprendido, a pesar de que esta segunda afirmación no es más que una simple transformación de la primera?
Pierre Joseph Proudhon: ¿Qué es la propiedad?, capítulo 1º

Si Proudhon estuviera vivo, la descarga que acabo de hacer de su obra para buscar esta cita y esta imagen, y la que invito a hacer al lector brindándole el enlace del archivo, podrían llegar a ser –si progresan determinadas tendencias legislativas-, respectivamente, una flagrante violación del derecho de propiedad y una incitación al mismo. Apuesto, sin embargo, a que el autor aplaudiría tan bienintencionada trasgresión de una ley, por lo demás, bastante dudosa, y me perdonaría los cuatro reales –una peseta- que valía su obra en 1900 y pocos. Peseta que, por cierto, le hubiese pagado con gusto, pues mi intención, como ha de verse, no está en robar, sino, por el contrario, en compartir. Como la de la mayoría de los internautas a los que, sin embargo, se intenta colgar el sanbenito de “piratas”.
Cree el ladrón que todos son de su condición. Así es como los bucaneros de la Coalición de Acreedores, perdón, Creadores, y los filibusteros de la SGAE (¿Sociedad General de Acreedores y Especuladores?), capitaneados por Teddy el Artista, y apoyados, según las filtraciones de Wikileaks, por los corsarios de la embajada del Tío Sam, están presionando a la ministra de cultura para que saque adelante una ley que, si consigue aprobarse, me temo que quedará como un estigma ligada a su nombre: la llamada Ley Sinde o Ley de la patada en el router –en recuerdo de aquella Ley Corcuera de la patada en la puerta-, que supuestamente pretende perseguir a los “piratas” en la red. Piratas que, mira tú por dónde, no son Teddy y sus secuaces, sino que somos nosotros. Y es que les aterra dejar de lucrarse: no quieren soltar la presa ni renunciar al botín, a pesar de que los jueces -en un raro alarde de sentido común- en sucesivas ocasiones han declinado sancionar a los gestores de las webs que supuestamente fomentaban la “piratería”, pues no han hallado un ánimo de lucro definido tal y como lo requiere el Código Penal…
A decir verdad, sí que se lucran. Me he enterado por Ignacio Escolar que webs como seriesyonquis.com pueden llegar a ganar hasta 18.000 euros mensuales por los banners publicitarios que incluyen en su página de descargas. Pero no hay que olvidar que quienes pagan son las empresas anunciantes, en ningún caso los usuarios, para los cuales el servicio es completamente gratuito. Por más que intente argumentarse que en realidad no es así, pues el usuario está pagando –y mucho- a las compañías teleoperadoras, en realidad ese pago abusivo es el mismo si está descargándose música o películas, que si está enredando en la wikipedia, chateando compulsivamente, siguiendo un curso de arameo…o trabajando sin conexión, pues la tarifa, en la mayoría de los casos, es injustamente plana. Pero ese es otro debate y otro lucro a denunciar que no conviene confundir con el que nos ocupa.
Seguir leyendo... ▼

No hay comentarios:

Publicar un comentario