Me pasa lo mismo que a Ignacio Escolar: me agota este tema. Pero, también como él, no puedo remediar volver al ruedo cuando veo cómo, en lugar de rectificar y pedir excusas, se insulta nuestra inteligencia con pseudoargumentos de esos que deberían hacer crecer la nariz del que los esgrime. Le cedo la palabra a Ignacio Escolar, pues comparto una a una sus puntualizaciones. Sólo quisiera añadir a su P.D. que al tema de la asignatura de Religión, que es todavía más agotador, sí que le encajan como un guante las dos cuestiones que han llevado a Wert a la censura -pues en eso se traduce- de la Educación para la Ciudadanía: me estoy refiriendo a lo que dijo de las "controversias" y del "adoctrinamiento ideológico". No hay más que contemplar las aulas y el menguado número de alumnos que optan por la Religión, para constatar que, ante la incomprensible presencia tan "controvertida" y "adoctrinadora" materia en nuestro sistema de instrucción pública, la mayoría de los padres han optado por la deserción, y se han tragado esa humillante solución que es matricular a sus hijos en una hora de "nada" semanal. Si no fuese tan estúpido e injusto, sería de lo más metafísico, y, si me apuran, hasta místico. ¡Una hora de nada a la semana suena de lo más zen!
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